EL COMIENZO DE NUESTRA ASCENSIÓN

Queridos Mytria y Mytre: Hablamos con ustedes ahora acerca de los comienzos de nuestra ascensión.

“Una vez que llegamos a nuestro nuevo hogar en las Pléyades, estuvimos por fin libres de la guerra y la lucha.

Con esta libertad del temor podíamos esperar una mejor vida. Nosotros, los Pleyadianos, estamos tan involucrados con nuestra familia de la Tierra porque entendemos totalmente el estado mental de muchos de ustedes.

Sabemos cómo se siente ser ofrecidos la esperanza de una nueva vida y no estar totalmente seguros de si podemos confiar en esta posibilidad.

¿Acaso podíamos tomar el riesgo de que la vida estuviera llena de paz y de calma tras haber tenido tanta guerra y disrupción?

De hecho nos tomó varias generaciones – que son más largas que las de ustedes porque vivimos mucho más tiempo – para establecer el concepto de la libertad de elegir la paz, el amor, la felicidad y el gozo.

Nosotros entendemos cómo nuestra querida familia de la Tierra debe decidir vivir la esperanza que se le ha presentado.

Después de todo, ustedes han vivido en la ilusión por miríadas de encarnaciones, así que, ¿ qué tal si creyeran en otra ilusión más?

Por lo menos esta posible ilusión está llena de luz multidimensional y amor incondicional.

Después de haber vivido en la ilusión durante muchas, muchas vidas, en oscuridad y temor, ¿cómo pueden darle la espalda a la esperanza?

Fue lo mismo para nosotros. Asimismo, estábamos muy ocupados forjando una nueva vida para nosotros, al igual que ustedes lo estarán haciendo pronto.

El forjar un nuevo mundo nos mantuvo ocupados; sin embargo, los retos de crear una nueva sociedad fueron un continuo reto.

Por generaciones viajamos de lugar a lugar, viviendo vidas enteras en las naves espaciales.

En consecuencia, nuestra sociedad fue basada en un mundo más pequeño. Por otro lado, tuvimos largos periodos en los cuales estuvimos en un planeta, pero continuamos topándonos con el mismo problema una y otra vez.

Nosotros encontrábamos la paz, y luego, “ellos” – usualmente los Dracs – nos encontraban, y se reanudaba la lucha.

Aunque aparentemente estábamos escondidos, había muy poca seguridad puesto que habiendo encontrado nuestros “refugios seguros” antes, después éramos invadidos de nuevo.

Debido a nuestras muchas derrumbadas esperanzas, nos habíamos apegado a un sentimiento de ser victimizados.

Nos sentíamos como si tuviéramos muy poco control de nuestras vidas, nuestros hogares y nuestra sociedad.

¿Ven por qué hemos venido a asistir a nuestra familia de la Tierra? Nosotros somos sus ancestros, y sabemos que somos responsables de ser el ejemplo que establecimos para aquellos a quienes dejamos atrás.

Sí, nosotros abandonamos a muchos de ustedes en nuestra constante búsqueda para encontrar la seguridad.

De alguna manera, a través del proceso de crear una nueva realidad y estando libres del temor y la victimizacón, nos dimos cuenta de que habíamos acusado a otros de hacerlo en contra nuestra.

En otras palabras, a fin de cambiar nuestra realidad tuvimos que cambiar nuestro yo. Específicamente, tuvimos que cambiar nuestro estado de conciencia.

Nos habíamos estado sintiendo “presas” por tan largo tiempo que nos habíamos olvidado del daño que habíamos ocasionado a la querida Gaia quien nos había ofrecido un hogar seguro.

Si no cambiábamos, y lo hacíamos rápidamente, acabaríamos haciendo a nuestro nuevo mundo lo que habíamos hecho una vez a la Tierra.

Habíamos dejado nuestro hogar en Lyra para encontrar paz, pero no teníamos paz interior. Teníamos temor.

Finalmente estábamos aprendiendo que solamente podíamos crear en nuestra realidad lo que sostuviéramos en nuestro corazón y mente.

Esta información nos fue muy difícil de aceptar. Cuando una sociedad se basa en las guerras y la victimización durante un largo tiempo, se vuelve muy difícil encontrar el enemigo interior.

Sólo aquellos de nosotros que teníamos una conexión espiritual pudimos empezar a ver en nuestra propia oscuridad. Afortunadamente eso fue suficiente para cambiar el curso de nuestras creaciones.

Aquellos de nosotros que habíamos recordado nuestra conexión con Espíritu empezamos a ir a nuestro interior para pedir perdón por lo que habíamos hecho a otros.

Sorprendentemente todos obtuvimos la misma respuesta, pero con diferentes palabras.

El mensaje que obtuvimos fue: “Deben perdonarse a sí mismos a fin de aceptar el perdón de otro.”

Era una cosa pedir perdón a Espíritu, pero era otra pedirnos a nosotros mismos perdón.”

Primero teníamos que decidir exactamente de qué necesitábamos perdonarnos. Nos empezamos a reunir en pequeños grupos para encontrar la respuesta a esta pregunta.

Afortunadamente la energía de nuestro grupo nos permitió regresar a la historia de nuesra civilización de una manera desapegada.

Una vez nos dimos cuenta de lo que habíamos hecho a otros, buscamos las respuestas al por qué habíamos hecho estas cosas.

Nos dimos cuenta de que nuestro sentido de sentirnos victimizados nos daba permiso para percibir a otros como un enemigo sin tener una prueba adecuada.

Debido a este proceso de toma de decisión, habíamos atacado sin tratar de hablar y abandonado sin tratar de sanar.

El darnos cuenta de esto fue vital porque se convirtió en la base de nuestra sociedad. Una vez que nos dimos cuenta de que nuestras acciones se basaban en el temor, vimos que habíamos ido contra el núcleo mismo de la naturaleza que nosotros habíamos pensado que estaba basada en amor y aceptancia.

Por consiguiente, ahora necesitamos regresar en nuestra historia y rehacer nuestros errores en nuestra conciencia a fin de que nuestras nuevas y habituales respuestas puedan ser cambiadas.

Por lo tanto, revisamos nuestro pasado para discernir qué decisiones habíamos tomado a partir de una posición de temor y cuáles se basaban en correctas percepciones de nuestros “enemigos”.

Después de haber determinado cuáles eran nuestras decisiones temerosas, reconsideramos cómo hubiéramos podido, en vez de eso, comunicarnos y sanar.

Fuimos capaces de discernir situaciones con el enemigo: ‘servicio a sí mismo’ en las cuales respondimos con poderosas tácticas, y las situaciones en las que tuvimos temor y corrimos o a las que nos apegamos sin pensar primero adecuadamente.

Esudiando nuestro pasado nos permitió ganar las lecciones que estaban escondidas en nuestros “errores”, y la sabiduría que obtuvimos de nuestras elecciones efectivas.

Una vez que regresamos a nuestra gente con esta información, fue más fácil para ellos descubrir su propia culpabilidad, enojo y temor.

Una vez que otros hubieron experimentado y liberado sus emociones, ellos también sintieron la necesidad de ir a su interior y conferir con su Espíritu.

Al principio nuestras comunicaciones con Espíritu fueron en su mayoría individuales, pero gradualmente se empezaron a reunir pequeños grupos para liberar lo viejo y sentir las bendiciones de Espíritu.

Los grupos se sentían tan llenos de Espíritu que querían mostrar su gozo bailando, cantando, pintando, escribiendo y muchas otras expresiones creativas.

El gozo de expresar nuestra creatividad liberó una nube negra de nuestra conciencia que habíamos olvidado estaba allí.

Repentinamente nuestro temor y sentimiento de victimización se fue. Estábamos demasiado ocupados creando una nueva vida para pensar en el temor.

Como cada vez más de nosotros estábamos desarrollando una relación íntima con Espíritu, pudimos entregarle la protección de nuestro mundo y sociedad (a Espíritu).

También liberamos ese servicio a aquellos que habían descubierto que protegiendo a otros era su mayor expresión creativa.

Estábamos finalmente estableciéndonos en nuestro nuevo hogar y expandiendo nuestros deberes galácticos cuando empezamos a descubrir una pequeña voz en nuestro interior.

Habíamos iniciado la siguiente fase de nuestra ascensión sin haber sabido nunca que nuestro proceso había comenzado.

Estamos siempre con ustedes pues compartimos su Espíritu.”

Mytria/Mytre

http://suzanneliephd.blogspot.com/

Traductor: Gloria

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